Crueldad sinónimo de Arrogancia

—Básicamente todo se compromete a exterminarlos— Era mi pensamiento oscilador, precoz que supondría lo que había que hacerse según la orden del lugareño y me dirigía al campamento. ~Minutos antes~ — Joven, ¡Hey si tu! — Gritaba un lugareño del lugar mientras me paseaba por un sector un poco común para encontrarse con cultivos y casas un poco juntas la una con la otra, al oír al señor llamarme y ver su aspecto de hombre mayor, alrededor de unos 50 años ya, no tendría porque temer el acercarme con cuidado y preguntar — ¿Que se le ofrece?— Simple y concreto.

— Veo que eres un joven enérgico, con un buen aspecto, pareces estar en forma, ademas creo notar por tus atuendos que eres un Shinobi o ¿Me estoy equivocando? — Preguntaría de forma directa, sin abre bocas, iba de forma eficaz en sus cuestiones acerca de mi, y yo como joven educado que soy no dejaría la pregunta sin responder, aunque me parecería extraño que un hombre por estos lares sepa distinguir un Shinobi de una persona corriente — Hombre pues que te digo, en realidad si, tengo un entrenamiento Shinobi, pero por el momento no ando de servicio, ¿Porque la duda? — Le preguntaría a cambio de mi respuesta.

— Que lastima, necesito la ayuda con unos Bandidos de la zona que están atemorizando nuestra humilde villa, tenia pensado recompensarte de alguna forma, y respecto a tu pregunta, cuando era joven estuve en varias Ciudades Grandes, rodeado de Shinobis, para mi no es difícil diferenciar ese tipo de cosas — Respondería el anciano sin balbucear. — Bueno, la verdad no te miento, podría recibir el trabajo y ganarme algo que podría servirme. Vale, dame la información necesaria y yo actuare — Respondería al hombre mayor mientras que de parte del mismo recibiría un pergamino informando toda la situación actual, tras leer lo consiguiente me dirigiría rumbo a la ubicación del campamento de estos 5 hombres.

Mi llegada al lugar había sido rápida, muy fugaz podríamos decirlo, aunque los bandidos estos se habían acentuado no muy lejos del lugar fijo de robo, algo conchudo de su parte, por lo menos podrían disimular un poco que esa villa no era su único objetivo. Mi llegada había sido por la parte trasera del campamento, podría ver una tienda de campar dando la espalda a mi posición, supondría que adentro estaría el jefe. También había una fogata a unos 15 metros de esta con dos hombres alrededor de esta sentados conversando y tomando una especie de bebida caliente, uno que se encontraba de guardia en la parte frontal dando la espalda a mi posición igual que el hombre que se encontraba frente a la tienda de campar; los dos hombres que se hallaban haciendo guardia tenían una katana blandida en sus manos, los otros dos que se encontraban en la fogata estaban desarmados, y sus katanas se encontraban a unos aproximados 5 metros de sus posiciones, dejando solo una incógnita referente al hombre que estaba dentro de la tienda de campar, su armamento y estado. Después de un análisis de la situación, y unos cuantos minutos de espera de planificación decido efectuar mis movimientos, necesitaba volver a la villa lo mas pronto posible, hacer el reclamo de mi recompensa e irme, retomando mi rumbo a lo desconocido.

Mi primer movimiento era transformar mi cuerpo en una hermosa dama, seductora, con afinadas curvas, con esta forma entraría por un lado de la tienda, llegando a la espalda del primer guardia, dejando los dos hombres de la fogata y el otro guardia sin reacción alguna pues no habría escándalo, ni tampoco me verían llegar, dando la oportunidad de seducir al hombre que hacia de guardia frente a la tienda, callando a este para que no haga ningún ruido, cubriendo mis manos una en su mentón y la otra por atrás, tocando su cabello, volteando su cabeza rápidamente, hasta el punto de oír un crujido, dando como punto de referencia que este hombre había sido asesinado, bajaría su cuerpo lentamente y lo pondría en un costado de la tienda para que no lo vieran, y seguiría con adentrarme en la tienda, allí se encontraba el que suponía yo era el jefe, pero no era mas que un simple gusano haciendo limpieza a esta, osea que el jefe se hallaba afuera entre los 3 que aun estaban vivos, pues a este le distraería con mis encantos igual que al otro hombre, tomaría una katana que se hallaba recostada en una mesa de noche, y básicamente lo que haría seria atravesar lentamente por el centro, en todo el ombligo, e iría corriendo la katana hacia un costado haciendo un corte horizontal desde el centro de su cuerpo hasta un costado, llevándome estomago, hígado y un riñón, si contar la cantidad de arterias y venas con aquel bello corte mientras le sellaba la boca con la mano y sonreía de forma sardónica. Ahora, desharía el jutsu de la forma femenina, apagaría las luces que en la tienda se encontraban, tomaría un libro que se encontraba cerca a mi y lo lanzaría a la cabeza de uno de los hombres que se encontraba sentado en la fogata, solamente quería llamar la atención, justamente lo que había conseguido, este se paro alerta, y llamo a sus dos compañeros, pues no veían al que estaba haciendo guardia y la luz de la tienda se encontraba apagada, algo tenia que significar, estos empezando acercarse mientras yo los veía a través de un pequeño agujero que se hacia en la entrada, cuando estaban a no mas de 2 metros de distancia formaba unos sellos consecuentes el uno con el otro, tomaría un suspiro y dispararía una bola de fuego grande que saldría disparada directamente hacia el hombre del medio, el cual se incineraría mientras gritaría de dolor, los otros dos se distraerían de forma abrumadora, como si hubiera dado con el jefe de forma aleatoria, con suerte, tras esto yo correría hacia el que se encontraba en la derecha, de una patada tumbaría la katana en sus manos, y le daría un golpe certero en el estomago, este se agazaparía por el dolor, yo aprovecharía para darle el golpe final, rompiendo sus dos ultimas vertebras con un codazo, el otro hombre al ver como asesine a sus compañeros se lanzaba en un ataque feroz, una carga sin razón táctica, la cual fulminaría yo con un corte total de su cabeza, con la katana que con anterioridad había tumbado de las manos de uno de los bandidos y no se encontraba muy lejos. El trabajo estaba hecho, tomaría algún objeto referente para simbolizar a los bandidos y lo llevaría a la villa para mostrar la evidencia de muerte y recibir mi recompensa, sin mas ni menos.

Consideraciones: