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[Misión] Restaurando los cultivos

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Mensaje por Hisoka Miér Oct 01, 2014 3:13 am

Hisoka se encontraba en su casa realizando algunas tareas de la misma como barrer o incluso acomodando su cuarto. No era una persona que se caracterizaba por ser demasiado ordenada, pero a veces se daba cuenta cuando algo estaba en un desorden que debía de ser acomodado, quizás y era una virtud, pues casi nunca sus padres lo regañaban por ésto. Su padre y su madre se encontraban viajando por todo el continente realizando entregas de mercancías de sus comercios, que por lo general se trataban de algunas medicinas, pieles de animales propios de la zona y unas cosillas más.
Se preparó algo de comer, lo comió y se dispuso a arreglarse. Salió de su casa y se dirigió hacía el lugar de los Ancianos. Había escuchado que algo había pasado en el invernadero y que necesitaban a varias personas para que resolvieran el problema, y, desde que tenía tiempo libre, decidió ir a echar un ojo para ver que acción tomaría. Caminó por varios minutos y notó que no había cambiado nada, las mismas casas, los mismos rostros y los mismos puestos ambulantes. Continuó a paso rápido y finalmente llegó al edificio. Se asombró al entrar a dónde estaban los Ancianos, pues vio que habían más aprendices, ahí fue cuando se dio cuenta de que ésto era algo grave. -Uhmm, bueno-. Inició una voz ronca. -¿Quiénes son los que ayudaron a los cultivadores con el invernadero hace unos días?-. Preguntó. Seguidamente, Hisoka, y los otros tres aprendices  -en total habían seis sin Hisoka-  alzaron la mano para ser detectados. -Ya veo, ustedes cuatro... permanezcan aquí-. Ordenó mientras los demás salían del edificio. Por un momento el joven creyó que había hecho algo malo, pero estaba equivocado. -Verán, les tengo una misión, y debido a que ustedes son los que ayudaron a construir los sembradíos, me parece que son los más capaces para hacerla-. Comentó. Hisoka vio a sus compañeros y pudo reconocer al que le había ayudado para terminar su tarea en el invernadero, lo saludó rápidamente con un gesto y dirigió de nuevo su atención al anciano. -Hemos notado que alguien hizo varios destrozos al invernadero, por motivos obvios, podemos deducir que fueron algunos bandidos y no animales, por lo que su misión será atraparlos para darles su castigo-. Terminó. Al decir la última palabra, señaló con el dedo a la puerta, indicando que debían empezar su misión.

Los cuatro jóvenes comenzaron a caminar con rapidez a las afueras del Clan, por las praderas, en dónde se encontraba el invernadero para empezar la búsqueda. -Eh... ¿cómo deberíamos empezar?-. Dijo una voz tímida pero segura. -Creo que será mejor si nos dividimos y comenzamos la búsqueda por nuestra cuenta-. Comentó otra un poco chillona. -No, si nos dividimos los bandidos se darán cuenta de que los estamos buscando y nos podrían cazar uno por uno-. Replicó Hisoka. Sus compañeros asintieron a ésto, y unidos, pensaron un mejor plan. -Me parece y debemos buscar algún tipo de cueva o algo que parezca sospechoso, quizá y ahí escondieron los cultivos-. Comentó. Sabía que los cultivos no les servirían demasiado a los bandidos, pues las semillas si apenas estaban germinando, y lo más natural sería dejarlas para que germinaran en algún lugar lejano de las praderas, o quizás y simplemente las venderían a otras personas, pues aquellas plantas eran especiales del clan Nara. -C-Creo que ésto puede ser de ayuda-. Denotó el compañero de Hisoka al cuál el piel-pálida le había ayudado. Después de silbar, una ave comenzó a bajar y bajar de los profundos cielos. No era ningún tipo de jutsu, más bien era una conexión natural que el chico tenía con los animales, los cuáles le obedecían sin recriminar. Tras hacer unos gestos, y al parecer dar algún tipo de orden al animal, éste salió volando de nuevo y comenzó a realizar una búsqueda. -No se preocupen, será de mucha ayuda-. Expresó de nuevo. -Eso que has hecho me ha parecido muy impresionante, ¿cómo te llamas?-. Preguntó el joven Hisoka. -Mi nombre es Roku-. Respondió inmediatamente. -Mucho gusto Roku, mi nombre es Hisoka-. Tras presentarse, estrecharon la mano, dejando a los otros dos compañeros a un lado, los cuáles sólo se quedaban mirando. Pasaron pocos minutos para que la ave regresara del cielo y se comunicara con Roku, y, comunicándose con varios chirridos, le dijo al joven lo que sabia. -Dice que hay alguien caminando a unos veinte metros al noroeste de aquí, y que parece tiene un paso rápido-. Manifestó, traduciendo lo que su 'amigo' le había dicho.

Luego de ésto, los jóvenes aprendices decidieron ir a dónde Roku les había dicho. No tardaron mucho, y a lo lejos, vieron como una silueta con cada paso que daban, se acercaba más y más. En segundos vieron como tomaba forma, y sorprendidos, vieron quién era. -¿E-Ese no es el que estaba hace un rato con nosotros en el edificio de los ancianos?-. Preguntó muy desorientado el chico. -Sí.-. Respondió a secas Hisoka. Poco a poco realizó una conjetura, la cuál casi estaba 100% seguro que era real. Aquél chico era amigo de los bandidos, y cómplice del saqueo de los cultivos, por lo que tras haber escuchado todo en el edificio de los Ancianos, decidió darle la información a sus compañeros para que pudiesen escapar sin ser capturados. Hisoka explicó ésto a los muchachos, los cuáles entendieron a perfección. -Veamos... éste es el plan-. Expuso el joven. -Lo seguiremos hasta la guarida de sus compañeros y, dependiendo de cuantos sean, decidiremos si atacar o no-. Finalizó. Los tres jovenes restantes asintieron de nuevo y comenzaron a seguir al chico sin que éste se diera cuenta. La pradera contaba con unos pastos que eran muy largos, por los que con facilidad se podían esconder de vez en cuando cuándo el chico volteaba hacía atrás o hacía algún lado. Pasaron unos minutos y por fin llegaron a la guarida, la cuál no era más que una cueva que se veía bastante peligrosa. -¡Estoy aquí!-. Gritó el chico que los guiaba sin saber. El piel-pálida volteo hacía sus compañeros, los cuáles estaban bastante atentos a él. Después de gritar, de la guarida salieron tres personas más, las cuales no parecían ser delincuentes, si no parecían más o menos algún tipo de aprendiz muy novato. Hisoka dio la orden y, en cuestión de segundos, los cuatro salieron de su escondite para rápidamente llegar hacía sus enemigos en una emboscada perfecta. Tras intercambiar miradas, cada uno tomo un objetivo. -Tu serás mío-. Comentó Hisoka señalando al chico que los había guiado. Los enemigos reaccionaron lo bastante sorprendido, pero en definitiva, tomaron una posición defensiva... estaban listos para atacar si era necesario.

Hisoka corrió directamente hacía su objetivo, el cuál realizó un gesto de preocupación. Parecía que no tenía la intención de pelear, pero después de todo, no le quedaba de otra. Se posicionó correctamente, y esperó el ataque de Hisoka, el cuál rápidamente dio un par de puñetazos, los cuales fueron potentes, pero que el enemigo se cubrió con total éxito. -Eres bueno, pero no lo suficiente-. Declaró con seguridad. Posteriormente, comenzó a acumular chakra en sus manos, de las cuáles comenzaron a brotar chispas a las que el chico  -el enemigo-  resultó impresionado.  Hisoka comenzó a correr rápidamente haciendo zig zag por la maleza, confundiendo al chico el cuál lo miraba cambiar de posición a cada segundo. Enseguida, con un impulso muy fuerte de sus pies, llegó hasta su rival, tomándolo con ambas manos en su cabeza y haciendo que cayera desmayado por las corrientes eléctricas. Seguidamente, lo ató con unas sogas que él había llevado y lo dejó en el piso por unos momentos. Se dio cuenta de que uno de sus compañeros, Roku, también había acabado con su oponente, pero los otros dos se veían con más dificultad para hacerlo. -¿Deberíam-?...-. Opinó Roku, pero Hisoka lo detuvo antes de que terminara su pregunta. -No, estoy seguro que ellos podrán solos, si nosotros lo logramos, ellos también deberían-. Respondió sin pelos en la boca. Al parecer Roku parecía preocupado por aquellos dos, pero no era el caso de Hisoka. De hecho, se divertía viéndolos pelear, no parecía una pelea tan increíble, pero cada uno de los lados tenía buenos ataques que dar. Vio un par de embestidas, otro par de codazos y al mismo tiempo los dos oponentes que restaban cayeron al suelo. -Bien, ha sido todo, ahora deberíamos atarlos-. Anunció.   Luego de ésto, salvaron los cultivos  -que bien estaban dentro de la cueva-  para después llevarlos al invernadero. -Necesitaremos ayuda para llevarnos a todos y, por supuesto, también los cultivos-. Dijo, por lo que sugirió que los dos compañeros fueran por ayuda, lo que dejo a Roku y a Hisoka solos. -Por lo que vi eres usuario del elemento Rayo-. Afirmó. -Es una pena que yo no te haya visto pelear-. Comentó Hisoka algo decepcionado. -No necesitas verme pelear para ver mi afinación-. Bromeó. Enseguida, acumulando chakra en sus manos, las puso en el suelo, el cuál inmediatamente después comenzó a quebrarse. -Ohh... elemento Tierra... ¿sabías que va muy bien con el elemento Rayo?-. Preguntó. -No, no lo sabía. Con razón nos llevamos tan bien-. Opinó, al principio un tanto tosco, pero al final de la oración, se pudo notar un tono amistoso. Luego de ésto, notaron como a lo lejos llegaban sus dos compañeros con ayuda para llevarse a los bandidos. -¡Qué rápido se nos ha pasado el tiempo!-. Mencionó Hisoka para después parar a los bandidos uno por uno.
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Mensaje por Hayato Miér Oct 01, 2014 9:44 am


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